Todos los días tenemos que encender la llama de la fe en nuestro corazón, orar por nuestros sueños, pedir para que se cumplan en el mas corto lapso posible...porque siempre se cumplen cuando hay fe en Dios,...y en nuestra capacidad para lograrlos.
Esa capacidad yace en nuestro coraje, en nuestra valentía para enfrentar lo adverso en un mundo que intenta matar los sueños y condena de "locos" a los soñadores...
Quisiera que la cordura no sea una cruel asesina de ilusiones y fantasías.
Dejemos nuestro sentir libre al viento del ensueño...
veamos dentro nuestro como un espejo de lo que realmente somos y queremos ser...
intentemos subir, aunque todo nos impulse hacía abajo...
las subidas siempre son cuesta arriba...
necesitamos fuerza anímica, espiritual y fortaleza interna.
Las subidas siempre implican más fuerza de la normal...
pero nos conducen a la cima...
quien crea poder estar en ésa cima eternamente, se equivoca mucho en verdad,
allí sólo se está un instante, esos breves instantes de felicidad, esas alegrías impensadas,
esos sucesos extraordinarios y fuera de lo normal,
ésos son los que nos impulsan en un breve instante al ascenso automático,
luego nuestra rutina nos lleva al lugar en donde estábamos, y debemos continuar...
seguir escalando la montaña de nuestros anhelos,...seguir cuesta arriba...
siempre subiendo...porque ése es el camino más complejo, más lleno de obstáculos, más duro,
el viento agrietará nuestro rostro cansado,
nuestras manos se verán lastimadas de aferrarse a piedras y plantas con espinas,
veremos nuestro ánimo decaer?...si vemos que estamos en el camino correcto...
si creemos en nuestros sueños, si sabemos cuál es el rumbo...
por qué padecerlo... hay que disfrutar cada paso del camino que elegimos en sí mismo
la sensación de victoria y paz total no se siente al llegar, se siente en el orgullo de haber transitado por el sendero que nos condujo hasta el lugar dónde nos hallamos parados...
ahí yace la victoria de cada ser humano,...
en el orgullo de creer en sus sueños, en su coraje de permanecer en el camino que creé fielmente correcto y en llevar un pie delante del otro cada día...sin pensar en cuándo llegará...sólo tratar de dar un paso más.
Eso es la vida, intentarlo, permanecer en el esfuerzo para lograrlo...
nuestros sueños esperan...eso no es poco...es el motivo y fuerza que nos impulsa...
es el amor a nuestro sueño lo que nos mantiene vivos y con la llama del corazón encendida,
y esa llama se aviva con la oración, meditando a solas con Dios, orando a los santos en quienes confiamos nuestros pasos, y a quienes encomendamos nuestro recorrido...
Por eso aconsejo rezar...orar, meditar....para no dejar nunca morir nuestros sueños y mantener viva y en aumento la llama de la fe que hay en nuestro corazón...
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